Cuidados de tu mascota en primavera

20/03/2019

Consejos para primavera.

La primavera trae consigo algunos cambios en la rutina de nuestras mascotas. El sol y el buen tiempo provocan que los paseos se alarguen y que las visitas al campo sean más habituales, algo realmente saludable para nuestras mascotas siempre que tengamos las precauciones necesarias para evitar las patologías comunes de esta época del año.

Un buen cuidado general del animal, una dieta nutricionalmente completa y de calidad, una higiene correcta y la prevención, a través de vacunas y desparasitaciones, son algunas de las medidas que los propietarios de mascotas pueden adoptar para evitar los problemas típicos de la primavera.

 

Además, en estas fechas con mayor temperatura y más horas de luz, se producen cambios reproductivos, siendo frecuentes las gestaciones y los partos, y cambios fisiológicos, como la muda del pelaje.

 

La llegada de la primavera aumenta la población de pulgas, garrapatas y mosquitos, cuyas picaduras generan molestias y pueden transmitir enfermedades graves, como leishmaniosis y dirofilariosis. Por eso, ante cualquier signo de prurito o cambio en el comportamiento habitual del animal, ya que estos son los primeros síntomas que pueden presentar las picaduras de parásitos o las alergias.

 

Los pólenes del ambiente también pueden provocar alergias en las mascotas, con síntomas como conjuntivitis, picor, asma o rinitis, que aunque no suelen ser peligrosas son enfermedades crónicas que a corto plazo predisponen a padecer infecciones secundarias y a largo plazo causan trastornos en la piel, oídos y mucosas.

 

Cambio de pelo

Recuerda que en primavera las mascotas mudan el pelo, por eso en esta época debes acostumbrarte a un cepillado diario para eliminar el pelo muerto y evitar que tu casa se llene de pelos por todos lados. Un buen baño también puede ayudar a mudar el pelo muerto y hará que tu mascota se sienta más a gusto.

 

Alergias

Al igual que nos ocurre a los humanos, en primavera nuestros animales pueden verse afectados por el polen y sufrir algunos síntomas como lagrimeo, estornudos, picores… En estos casos debemos acudir al veterinario que le realizará las pruebas necesarias y le asignará el tratamiento oportuno para combatir la alergia en caso de ser detectada..

 

Picaduras

Con la subida de las temperaturas la actividad de los insectos (abejas, arañas…) aumenta. Los síntomas de su picadura son múltiples, pero lo más importante es estar alerta de posibles inflamaciones en la boca o la garganta, que pueden generar graves insuficiencias respiratorias o incluso asfixia.

 

Leishmaniosis

Esta enfermedad se propaga a través de la picadura de los mosquitos, sobre todo del Phlebotomus que habita en la cuenca mediterránea. Algunos de los síntomas son: pérdida de peso, caída del pelo, hemorragias nasales, diarreas… Existe vacuna contra la leishmaniosis, pero también podemos proteger a nuestros perros utilizando productos repelentes o antiparasitarios externos.

 

Procesionaria

Las orugas del pino o procesionarias descienden de su nido en lo alto de los pinos entre febrero y marzo. Bajan por el tronco una detrás de otra, como en una procesión (de ahí su nombre). Están recubiertas por pelos urticantes que al clavarse en la piel liberan una toxina muy peligrosa, sobre todo si se clavan en la lengua o en la laringe. La única forma de evitarlas es alejarse de los pinares.

 

Parásitos externos

Las pulgas y las garrapatas son los eternos enemigos de nuestra mascota. Estos parásitos se alimentan de su sangre y pueden provocarles hemorragias, además de transmitirles distintas infecciones y enfermedades. Al igual que con los mosquitos y otros insectos, podemos prevenir estos parásitos utilizando distintos productos.

 

Espigas

Las espigas son abundantes en zonas campestres pero también están presentes en parques urbanos. Las semillas que desprenden pueden clavarse en zonas sensibles como los ojos, la nariz o los oídos provocando diversas infecciones o inflamaciones (otitis, úlceras corneales…). Los perros de pelo largo son más propensos a este problema, pues su pelaje facilita la adherencia de las semillas.

Por eso, si acostumbramos a pasear a nuestra mascota en lugares donde abundan las espigas, lo mejor es cortarle el pelo y hacerle una revisión después de cada salida. Si observamos alguna espiga clavada, tendremos que llevarlo rápidamente al veterinario para que la extraiga cuanto antes.