Ejercita a tu perro

11/02/2019

Haz ejercicio con tu perro.

Los beneficios de hacer ejercicio con nuestro perro son múltiples, tanto para nosotros como para ellos. Lo principal es que nos mantendrá a ambos física y mentalmente activos y que estableceremos un vínculo aún mayor. 

 

Para ellos, el ejercicio es fundamental porque les mantiene sanos, activos y más felices. Dormirá mejor, su musculatura se mantendrá en forma, será más sociable y si tú le acompañas y establecéis una rutina se volverá más obediente en el día a día. Además, previene el factor de la obesidad en perros, que resulta muy peligroso, sobre todo en perros pequeños y con condiciones hereditarias de tipo articular u óseo.

Otro gran beneficio es que aprenderás a conocerlo mejor: sus reacciones, sus interacciones con otros perros (en el parque, por ejemplo, o cuando os cruzáis con otros perros mientras hacéis deporte) y su resistencia al ejercicio.

 

Además, como nosotros, tras hacer ejercicio estará mucho más relajado, y tendrá menos posibilidades de sufrir estrés. Será un perro mucho más equilibrado, se familiarizará rápidamente con los estímulos del exterior (coches, bicicletas, ruidos) y tendrá menos tendencia a la agresividad y a la inseguridad.

Sin embargo, para que disfrute y se beneficie lo máximo posible del ejercicio, debemos tener en cuenta su edad, sus condiciones físicas… Por ejemplo, para los perros mayores con artritis, es mejor varios paseos cortos a lo largo del día que media hora o una hora de ejercicio intenso, que resultaría perjudicial para sus articulaciones.

 

Conoce vuestra forma física

Muy importante: debes conocer tu forma física y la de tu perro antes de empezar con un ejercicio intenso al que no estéis acostumbrados ambos o alguno de los dos. Cuánto tiempo lleves sin hacer deporte intenso, cómo sea la musculatura de tu perro… son factores clave.

 

Elige el momento adecuado

No será lo mismo salir a hacer ejercicio un domingo relajado que un día entre semana después de trabajar, por ejemplo. Para adquirir el hábito, mejor un día desocupado (él también notará que estamos más relajados y lo identificará con un juego). En cuanto al momento, en verano evita las horas de calor, por ti y por tu perro.

Cuidado con el cachorro

No obligues al cachorro a correr desde muy pequeño; todavía es débil y debe formar su estructura ósea y su musculatura, y puede hacerse daño. Sin embargo, sí puedes ir entrenándole para cuando sea algo mayor dando pequeños paseos.

Jugad como forma de ejercicio

No todo tiene que ser correr o montar en bici. Puedes llevarle, como de costumbre, a jugar a la pelota (el fútbol suele encantarles) o al frisbee, pero también debes implicarte tú. Si no sólo él hará ejercicio, y la idea es que sea una actividad conjunta.

Calienta

Caminad rápidamente, hasta llegar a trotar y luego a correr, o jugad un poco con la pelota antes de comenzar. Ten presente que él también se puede lastimar.

Debe estar bien socializado

Cada vez es más común hacer ejercicio con nuestro perro y os encontraréis a otras parejas de deportistas. Si no se llevan bien con otros perros puede ser un problema.

Sienta las bases

Enséñale primero a caminar junto a ti siguiéndote el ritmo, y cuando aprenda y empecéis a correr o a andar en bici, sigue el mismo método, y establece contacto visual con él. Tiene que seguir tu paso en todo momento para evitar accidentes. Es buena idea que, al principio, salgas a trotar un poco con él un par de veces al día hasta que se acostumbre. Al fin y al cabo, establecer una rutina de ejercicio también requiere de cierto adiestramiento.

Paso a paso

Como cuando empiezas a hacer ejercicio solo, no empieces con una carrera de una hora. Debemos darle tiempo a acostumbrarse a la nueva actividad, a que siga las reglas y disfrute también.

¡Al agua!

La natación es un deporte perfecto para ellos, sobre todo para aquellos que sufren de displasias y defectos congénitos en huesos y articulaciones, como los labradores o los pastores alemanes, o para aquellos que se recuperan de alguna operación. Es un poco más complicado (por la falta de playas para perros y la casi ausencia de piscinas), pero si eres afortunado y tienes una en casa, es el deporte ideal.

Atento a las lesiones

Presta atención a cualquier signo de lesión: si cojea, se para, mantiene una extremidad en alto, te mira atentamente, no quiere andar, y por supuesto si lloriquea, para inmediatamente y acude al veterinario.

Hidratación

Esto es algo fundamental tanto para él como para ti. Debes llevar siempre una botella de agua para él (hay en el mercado multitud de modelos) y otra para ti, o asegúrate de que hay fuentes en la ruta que toméis. Mantén la atención ante cualquier signo de deshidratación.

En bicicleta

Que te acompañe cuando vas en bicicleta es un deporte bueno porque él irá corriendo, y además les suele divertir. Sin embargo, no es una buena idea empezar por aquí, ya que el perro tiene que estar muy bien entrenado en seguirte el ritmo. De lo contrario, terminará tirándote de la bici.

No todos los perros son iguales

Hay que tener en cuenta la raza (o la mezcla de razas) y el tamaño y la musculatura del perro. Parece obvio, pero no todos requieren el mismo tipo de ejercicio ni la misma frecuencia. A un bulldog, por ejemplo, no debemos obligarle a realizar largas carreras, por sus dificultades de respiración, como a un perro tan activo se le quedará corto un simple paseo.

Sus preferencias

También tendremos que tener en cuenta sus “preferencias”. Un perro pequeño, seguramente no quiera ni pueda correr largas distancias. Hay que tener presente que también queremos que disfrute y no lo vea como algo negativo. Si queremos hacer ejercicio con ellos, tendremos que encontrar alternativas.

¡Disfrutad!

Por último, no todo tiene que ser correr, nadar, andar en bici o juegos de obstáculos: una simple caminata a paso rápido dos o tres veces por semana, o una excursión al monte los domingos, es muy beneficiosa para humanos y perros, y la disfrutaréis juntos.